10 de octubre de 2011

Hoy viernes: Escopeta contra Dios (23/09/2011)

A veces hay ángeles con horca, a veces hay hombres de Dios con escopeta. Juan José Cortes es un hombre de Dios al que dejaron huérfano de hija y de Cielo casi a la vez. Los ángeles ya no bajan a lavarles los pies a las novias de los dioses pero tampoco a churruscar directamente al pecador o al malvado. En realidad, eso nunca pasó. Siempre fueron los hombres los que, en nombre de los dioses o de otras abstracciones, tomaron la espada, la soga o la ley con más o menos razón, justicia o crueldad. El error de Juan José Cortés fue pensar que el Estado debía ejecutar una venganza divina en vez de hacer cumplir la ley. Su Dios quizá pueda hacer eso, aunque no lo tengo claro, pero un Estado de Derecho, desde luego, no. El dolor, la rabia y hasta la escopeta de Cortés son entendibles, humanamente entendibles. Si los propios dioses (o eso nos cuentan) sucumbieron a la cólera, mandaron cataclismos, convirtieron en sal o en polvo a los infieles, un simple hombre castigado así por la tragedia puede permitirse un momento de furia. Pero, insisto, el Estado no. No sé qué le dirá su dios a Cortés al presentarse ante él con la escopeta. Quizá que no ha sido el primero ni será el último en tomar prestados sus rayos y su ira.

Los ángeles pueden quemar pecadores, pero la ley y la política deben cuidarse mucho de entrar en ese terreno peligroso, sentimental y, sobre todo, ambiguo. Desde el principio me pareció un error que el Partido Popular se uniera a Cortés y a sus multitudes con sombra de patíbulo. Pero la dulce demagogia tienta como el Diablo y el PP hasta lo nombró asesor de Justicia, una justicia como mosaica, anacrónica, populachera, lo que me pareció mas cerca del frikismo político que otra cosa. Yo sigo sin saber qué pedía Cortés con sus firmas y convocatorias. ¿Una cadena perpetua cuando el crimen acumule un horror suficiente en los telediarios y las plazas? ¿Tribunales que dicten sus sentencias según el rugido de la calle? ¿Un infierno eterno por ley para los monstruos que rocen las trenzas de las niñas inocentes? Oyéndolo, cualquiera diría que aquí no hay castigo para los que asesinan niños. No castigo suficiente, piensa Cortés. Pero él no pedía que actuara la ley, sino su dios, su justicia total, bíblica, fulminante, la que deja sólo cenizas del malvado. Cortés se quedó huérfano de hija pero también de Dios, que no apareció, que no hizo nada por evitar su tragedia ni por escarmentar al monstruo. Y quiso que el Derecho y el Estado tomaran su lugar ejecutor y consolador. Pero el Estado no puede actuar así. Y es grave que el PP ignore esto. Cortés tiene mi compasión, pero el Estado no puede vengarse por él ni por el Cielo. Dolido e impotente, yo creo que Cortés ha sacado esta escopeta contra su dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTAS LOCO LUIS MIGUEL FUENTE EST JABAO PERDIO.. EL SERA Y ES UN HIJO DE DIOS. UN HOMBRE DE DIOS. YA EL TIEMPO DARA LA RAZON. ESPERO QUE ALGUN DIA LE PIDAS PERDON A EL.. Y A DIOS.