IU es un péplum. Un profesor de
latín pega en esa izquierda que ha cambiado tanto como la primera declinación y
mantiene ese orgullo templario de custodiar o ser una lengua muerta. “Vota Maíllo, sabe latín”, fue un lema facilón que
creo que inició @FelipeAlcarazM.
Me cuentan que Antonio Maíllo era buen profesor,
modernito aunque sin ir de guay. No todos los profesores de latín tienen que
parecer de Fellini. Lo que ya no sé es si Maíllo se cree frente a fachas de
Fellini, que así está esa izquierda de póster. Agradeceremos que @MailloAntonio no nos
pinche con la cacografía y la sintaxis alambrada de @DValderasS, aunque en TW aún no es
Cicerón: “Ser útiles a la gente y contribuir a la solución de sus problemas. Ser
gente. Hacer política en su sentido más noble: servicio público y lucha”, flatus vocis con que se promocionaba
antes de ser elegido coordinador de IULVCA (hay que poner todas sus letras, que
ahora parecen el nombre de Julio César grabado en un obelisco). “Ser gente” es
bastante común. Lo que le ocurre a su izquierda es lo contrario, que se creen
que la gente y el pueblo son ellos, y llaman a sus tirachinas y concilios la
democracia toda. Pero la estrella en TW no ha sido tanto Maíllo sino su tótem,
esa planta que le regalaron con hashtag propio: #laplantadeMaíllo. “Símbolo de
la unidad para organizar la rebelión y construir la alternativa”, interpretaba el
hermeneuta @rojosevillano. “@iuandalucia prohíbe a
cargos públicos ir a misa y adoran un poto al que llaman #laplantadeMaíllo
#vamos caminando”, guaseaba @EnfurecidaJunta
posteando una foto de la mata, que recuerda a La pequeña tienda de los horrores. Aun con flores en la sien y
supersticiones y canibalismos heredados, “nunca ha vivido ‘de la política’”,
recalcaba @rojosevillano de Maíllo.
Eso me gusta, pero creo que a IU no le hace falta una maceta, ni un pajarillo
bolivariano, ni siquiera otro Anguita. Le hace falta una refundación y pasar ya
por la barbería de la historia. Aún están en su Guerra de las Galias (miren el
perfil de @Zoser) y hartan como un
péplum de ésos de relleno de Canal Sur.
Auditorías en chándal. Después de latín tenemos gimnasia, con Valderas que parece Luis
Aragonés de vicepresidente. Y en chándal las auditorías suenan a pijada. “Por
qué rechaza IU la auditoría de Empleo? Tienen que ocultar algo sus gentes de
CCOO, dónde está la trasparencia?”, se preguntaba @gabrieltfexry. Una
auditoría que ellos pedían cuando eran oposición, pero dentro del miriñaque de
gobernar las cosas se ven diferentes, sobre todo cuando tu sindicato sale en investigaciones
como en grabaciones de The wire.
“Valderas considera que ‘el PP le pide a los de enfrente lo que no es capaz de
hacer en su casa’”, posteaban desde @EPAndalucia.
Estoy de acuerdo. Aquí no hay que hacer nada mientras no se resuelva lo de
Bárcenas. Ya no auditar: ni gobernar siquiera.
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