Criaturitas. Peleando por su aire, por su sitio, por su culo, por sus tripas.
Qué importará la verdad con el estómago acostumbrado y la gorra en la mano.
Criaturitas. Defendiendo su derecho a chupar del bote, su sitio en el pilón,
como palomos viejos. A ver qué tendrán que decir la ley y la justicia (burguesas,
corruptas), en esa pelea eterna que tienen ellos, no por defender al
trabajador, que no les importa, sino sus propios intereses; no contra el dinero,
que desean tanto como los capitalistas, sino contra el hecho de no ser ellos los
que lo manejan y reparten. Sindicalistas acusados de tráfico de influencias, malversación, falsedad y
delito fiscal, jaleados como Messi. Insultos a la
jueza que trata de hacer cumplir las leyes. Comparaciones con el franquismo,
porque no puede ser otra cosa que franquismo atreverse a someter su agreste
voluntad al derecho. Hubo criaturitas que recibieron dinero, paguita,
prejubilaciones... ¿Arbitrariamente? ¿Mediante un uso fraudulento del dinero
público? Qué más dará… Su furia no es de hambre, sino de engreimiento. Y los
apoyan sus jefes y hasta el vicepresidente Valderas. “No terminó con nosotros
la dictadura y no van a terminar tampoco actuaciones mediáticas”, decía en
Canal Sur Francisco Carbonero, justo después del vídeo de la Guardia Civil con
los perros sacando fajos de billetes. Sí, hemos vuelto a rodar por todas las
televisiones, la Andalucía que vitorea a sus bandoleros que dejan monedas y
vinazo, como romerías de santos con trabuco. Pasa también en otros sitios. Pero
aquí con más fiesta, más tradición, más saliva y más orgullo.
Sindicalismo
sin ira. El sindicalismo con olor a neumático
quemado y ruido de polluelos piando montaba su escrache en los juzgados de Sevilla,
pero para los informativos de Canal Sur los insultos a Alaya no existieron o se
diluyeron en una canción de Jarcha. Cuando Salvador Mera, Secretario General de
UGT Cádiz, entraba en los juzgados, Bárbara Ruiz informaba que “los afiliados a
los sindicatos lo han apoyado gritando ‘libertad, libertad’”. Al día siguiente,
en el informativo de la mañana, volvió a oírse el mismo coro, esta vez cuando
el sindicalista salía. No se escuchó otra cosa en La Nuestra. La música de
siempre, en realidad.
Joyas
y cojetadas. Pueden imaginarse las tertulias de
Canal Sur con estos zafarranchos de la actualidad y el disimulo. Dejo aquí
algunas joyitas y cojetadas. Antonio Yélamo hablando de la “leyenda urbana” de
los fondos de formación, o recalcando que “ninguno de ellos [los detenidos] se
ha podido demostrar que se apropiara de un solo euro público” (no malversar para
uno, sino para tu sindicato, no es tan malo). Casi lo mismo decía Juan Manuel
Marqués sobre el caso ERE y los políticos: “No han podido demostrar el enriquecimiento
personal de ninguno de ellos, a excepción de Guerrero” (otra cosa son los
beneficios para el partido o los amigotes). También ironizaba con que habría
que alquilar el salón del Ritz en el que estuvo Susana Díaz para que cupieran
todos los que supuestamente conspiraron en la trama (o el Palacio de San Telmo,
diría yo). Para Pilar Gómez, “hay un afán muy importante por denostar la
función de los sindicatos, por retroceder en derechos” (el reconocido derecho de
llevárselo calentito, debe de ser). Y Diego Suárez: “Cuanto más tiempo pase con
la investigación abierta parece que esa causa general que denuncian los
sindicatos se va a seguir manteniendo”. Y Paco Lobatón: “Me parece que hay que
ser muy ingenuo para pensar que es pura casualidad (…). En la agenda de la
jueza siempre hay coincidencia con algunos hechos”. Ya para Javier Aroca,
necesitaríamos un libro. Por cierto, ¿quién sale más en Canal Sur? ¿Juan y
Medio o Javier Aroca? Habría que echar las cuentas.
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