“Estas condenas tardías como en Malaya tienden a la melancolía”, escribía @teoleongross el día en que el mayor caso de corrupción municipal terminaba mandando a la gente a la cárcel del Monopoly y poco más. Sí, qué tiempos aquéllos en los que aficionados, vendecoches, ferrallistas, cantineros, chachas y chóferes tomaban las instituciones para mangar. Qué antiguo parece el gilismo despechugado, la horterez advenediza de estos diletantes de la política con peste a tele de pueblo y toallitas de limón, cuando la corrupción ahora se diseña, se reparte, se enmadeja en los más altos cargos de la partitocracia y las administraciones. El caso Malaya parece una niñatería casi tierna por el tiempo, como una trastada del Piraña. Pero no por eso su leve sentencia, lenta y distanciada como un oráculo, deja de ser un augurio, “el capítulo piloto de los casos Gürtel, Bárcenas, ERE, Fabra, Noos, Liceo, etc, etc, etc”, preveía pesimista @jvmendezdeleon. Todos esos otros imputados que, como decía @LMmARISCAL con ironía, “deben estar asustaícos”.
La pesada justicia, trabada, sacerdotal, esotérica,
ciega o tuerta, de nuevo ha dictado algo que el sentido común no entiende.
“Robar en España sale tan barato...”, tuiteaba @pacorobles63. Normal,
cuando esas leyes están hechas precisamente por quienes temen sufrirlas. El
cohecho o la prevaricación son delitos líquidos, escapistas, definidos en las
leyes para que requieran adivinación. @cruzmorcillo veía a “todos
los chorizos de guante blanco frotándose las manos tras la sentencia de #casomalaya”.
“Ejemplaridad? Sí, la de la risa”, remataba. @cmgorriaran sostenía que
“si los jueces son más duros con quien roba un coche que con quien saquea una
Caja o un Ayuntamiento, nadie creerá en la Justicia. A ver!”. Mucho se comentó
la vergonzosa cuenta que aparecía en la portada de @larazon_es: “9 horas y 24 minutos de
cárcel por persona y millón estafado”. “Sale más caro robar 1 euro que 1
millón”, colegía @tonimoyalatorre.
Habrá que repartir las culpas entre las santas puñetas y los políticos y
adláteres que quieren protegerse, pero ésa es la lección que nos deja la ley y
que resumía @jaimegacela: “Si robas...
roba mucho mucho mucho...”.
Con lo de Malaya ha habido espanto, pero también mala memoria. “IU pidió 21 veces que se disolviera el ayuntamiento de Marbella, frente a la oposición de PSOE-PP”, tuvo que recordar @FelipeAlcarazM. Tanto al PSOE como al PP les interesó el gilismo. La Junta hizo negocios con él y el PP hasta reclutó o acogió luego a esbirros suyos. @hermanntertsch dejaba “un recuerdo para el periodista valiente que hizo frente a Gil cuando todos le adulaban, Felix Bayón”. En la cárcel del Monopoly ha acabado todo. Y algunos, hasta se han librado con la tarjeta de suerte. “Empresarios absueltos celebrándolo en afamados restaurantes”, nos contaba @JC_Villanueva. Celebraban el triunfo del Estado de Derecho, que suele decirse.
Con lo de Malaya ha habido espanto, pero también mala memoria. “IU pidió 21 veces que se disolviera el ayuntamiento de Marbella, frente a la oposición de PSOE-PP”, tuvo que recordar @FelipeAlcarazM. Tanto al PSOE como al PP les interesó el gilismo. La Junta hizo negocios con él y el PP hasta reclutó o acogió luego a esbirros suyos. @hermanntertsch dejaba “un recuerdo para el periodista valiente que hizo frente a Gil cuando todos le adulaban, Felix Bayón”. En la cárcel del Monopoly ha acabado todo. Y algunos, hasta se han librado con la tarjeta de suerte. “Empresarios absueltos celebrándolo en afamados restaurantes”, nos contaba @JC_Villanueva. Celebraban el triunfo del Estado de Derecho, que suele decirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario