11 de enero de 2008

Los días persiguiéndose: Chaves contra Obama (11/01/08)

Expulsaron al Imperio Británico con un ejército de granjeros, colonos, reverendos y galeotes (más la ayuda de Francia) y fundaron la democracia moderna sobre triángulos masónicos antes de que el París sin calzones se echara a la calle. La Revolución Francesa les pareció luego a los historiadores más pictórica y más salvaje para ponerle fecha a la Edad Contemporánea, pero uno siempre ha visto en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos el verdadero hachazo al Antiguo Régimen. Todavía guardan armas en la leñera por si les vuelve a invadir un rey inglés, han pasado solamente la mitad de la infancia de los cowboys y han llegado a convertirse ellos mismos en el Imperio, pero siguen siendo la referencia de Occidente, a la que Europa, desunida, desenraizada, no ha sabido contraponer su modelo. Sus elecciones como nocheviejas, sus candidatos con chapas, su bipartidismo con mascota, nos extrañan y nos fascinan. Aún les quedan horcas, biblias repujadas con balas y cruces en llamas, pero esa manera callejera, movediza, múltiple y larga de vivir la democracia que tienen me despierta algo así como envidia.

Hillary, Obama, una mujer y un negro, que sólo se habían sentado en la Casa Blanca en las películas, emparejados con Spiderman, pueden inaugurar un nuevo Camelot, ahora que el Partido Republicano se ha enterrado hasta la gorra en Arlington, donde los fusiles juntan a los pájaros. Hillary, Obama. Hay guión de boxeo, todo un género en Hollywood; hay un musical itinerante por los estados, hay cada día un home run en la última entrada, y es todo tan puramente americano como excitante, para nosotros que estamos acostumbrados a una política donde los partidos son muebles, cuarteles, cancillerías, piramidones. Una novedad contra otra novedad, un reto contra otro reto, una película contra otra película. ¿Se imaginan algo así en Andalucía? Listas abiertas, primarias en cada provincia, postulantes atrevidos y críticos, savia nueva, candidatos sin miedo, ningún aparato decidiendo nombres según los servicios prestados.

Me imagino a Chaves contra algún Obama (¿quién podría ser, en este PSOE sin disensiones?), cuerpo a cuerpo, palabra contra palabra, diariamente y por cada pueblo, y a las bases eligiendo entre ellos sin que estuvieran pendientes de un puesto en una diputación, de un número en la lista de un ayuntamiento, de una subida en el escalafón, de un sillón en algún consejo o empresa pública. Pero claro, lo primero es que en Estados Unidos haría una década que Chaves no se podría haber presentado a la reelección, y éste sería otro PSOE, quizá sin el culo redondo, con gente joven y osada que aspirara a cambiar las cosas, que no conociera siquiera el españolísimo mandamiento político de tragar, callar y esperar. Y si hubiera ocurrido lo mismo en el PP, quién sabe, puede que volviéramos a tener a Pimentel, a Amalia Gómez, un liberalismo moderno y centrista por encima de los monaguillenses, los señoritos, la carcunda, el facherío de las Azores.

Y aún nos atrevemos (¡nosotros, con esta partitocracia semifeudal!) a tachar de infantiles sus caravanas, sus guirnaldas, sus delegados a caballo, sus virginianos con sombrero de tres picos... Pero en Estados Unidos está ahora la democracia de cumpleaños y de bolera cada día, con toda la calle metida dentro, mientras en Andalucía nos esperan, otra vez, sólo momificaciones y papados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo que reconocer que tal y como se están desarrollando las actuales primarias en EE.UU., los envidio profundamente.

Espero que algo de la ilusión de Obama se nos acabe pegando a los de aquí y podamos alzar la voz al grito de "Yes we can"