Sum sum. Después de las compresas de nubes, de las burbujas con carita, del olor de los remolinos, de las bailarinas en frascos, de las coladas anfetamínicas y de los orgasmos del champú, creo que solamente vienen los anuncios de la Junta. Su publicidad institucional ha sobrepasado el surrealismo, la sinestesia, la ñoñería, la chaladura, como no lo habían conseguido esos perfumes levemente sáficos, esa fibra para cagar guindas, esas empresas aseguradoras que se te meten en la cama o esas acuarelas que hacen las menstruaciones de los spots. Al menos, en estos anuncios, después del viajecito de LSD de 20 segundos, la cosa se sustancia en la braga, en un aerosol, en un yogur o en una póliza. Sin embargo, en los de la Junta, lo que venden es el flipe por el flipe. He intentado cogerle el corte a esa campaña de “el mañana de Andalucía lo decides tú hoy” y no he sido capaz de encontrar qué información de interés público transmitía ni qué hecho relevante de la Autonomía nos hacía llegar, que es lo que uno supone que debería hacer la publicidad institucional. El anuncio consiste en que varias personas, con pinta de formar parte de un grupo de terapia y como poseídas por el espíritu de la Junta que es una misma voz en off, nos van recitando esto: “Cada día tengo la oportunidad de hacer realidad lo que otros soñaron antes y empezar lo que otros podrán alcanzar. Hoy podemos decidir cómo cambiar lo que nos rodea. Tenemos la llave del futuro. Podemos hacer un mundo que avance sin agotarse, más justo, más solidario. Y aunque no será fácil, merece la pena intentarlo. El mañana de Andalucía lo decides tú hoy. Junta de Andalucía. Andalucía al máximo”. ¿Pero esto, de qué va? Sólo se me ocurre que sea una campaña para disuadir a suicidas, en plan qué bello es vivir. Eso, o descarada propaganda de partido pagada con dinero público, a la que además se le ha ido la mano con la estética “sum sum”. Creo que sólo les faltó poner de banda sonora aquello del musical
Oklahoma (“Oh, what a beautiful morning! / oh, what a beautiful day!”). Aunque en realidad lo que falla es el final, eso de “Andalucía al máximo”. Lo suyo hubiera sido rematarlo con algo como “hoy me siento flex”, “¿te gusta conducir?”, o “piensa en verde”. No, mejor aún: “Porque yo lo valgo”.
Vídeo del anuncioCosas de niños. No abandonamos la publicidad, que hace de la época electoral otras Navidades. Después de ver el diseño de su campaña, he concluido que el PSOE de aquí va a darnos a los andaluces el potito. Ya nos trataban como a niños y siguen suponiendo que nos chupamos el dedo, así que basar su propaganda en bebés era bastante lógico, aunque no original (recuerdo una campaña de Iberia que también vació las plantas de maternidad). Pero no está mal traída ésta del PSOE, no. Entre otras cosas, por ejemplo, nos indica la capacidad del partido para identificar los problemas de los andaluces, o sea, que el chorrito de pis vaya hacia delante o hacia abajo, todo un reto tecnológico para impulsar nuestra modernización. Y qué mejor bienvenida a esta Autonomía que invitar a mamar de la teta, de la teta pública, claro, como hacen ellos y sus arrimados. Sí, no deja de tener su sentido, aunque viendo en la noticias de Canal Sur a Pizarro o a Chaves ante esos carteles con lactantes, me doy cuenta de que parecen ogros o esos tipos que se llevan el cochecito con el sobrino a los parques para ligar con las titis. Bebés, los andaluces somos bebés y el PSOE nos distrae con sonajeros, nos canta nanas, nos asusta con el coco, cura nuestras escoceduras históricas y está pendiente de que echemos el flatito del sentido crítico, no nos vaya a dar dolor de barriga. Eso, más la ternura de sus cuentos: Érase una vez que se era “un mundo donde ser mujer ya es una oportunidad, donde las enfermedades se curan antes de nacer, donde hacerse anciano es disfrutar como un niño, donde serás todo lo que quieras ser...” Ea, mi niño, ea, que mi niño va a “bien pensar, bien aprender y bien trabajar”. Ea, mi niño, ea, cuatro esquinitas tiene tu cama y muchos consejeros de la Junta que te la guardan... Ea, mi niño, ea, dichoso tú que vienes a esta tierra del paro, la incultura, la superstición, el folclore, el carpantismo, la dormidera, el enchufe, el subdesarrollo, la mediocridad, la complacencia, la inercia, la propaganda, la homogeneidad, el caciquismo... Bienvenido al paraíso que han preparado para ti tus amorosos y eternales gobernantes. Apañado vas, hijo.
Vídeo de la campaña
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