
Borrachera andaluza. No me extrañó ver a los Cantores de Híspalis haciendo como un museo de cera de ellos mismos junto a Juan y Medio y su “escuela de artistas” llena de coplistas repollo y pequeños ruiseñores de la raza. Al fin y al cabo, es Canal Sur. Mucha más vergüenza da ver cómo montan un rengue o borrachera andaluza en una televisión nacional, en este caso Telecinco. Juntaron a estos mismos sevillanistas amojamados, que parecían recién salidos de su casete de la gasolinera, a El Arrebato, icono de todas esas guitarritas flojas de aquí, a Rosa, juguete roto de voz tan bella como desperdiciada, y a otros secundarios medio copleros o medio palmeros que ponía el programa, todo bajo la dirección o matronzago de María Teresa Campos, que parecía Carmen Sevilla en zapatillas. Qué tiempo tan feliz se llama la cosa, y no sé si la felicidad la pone alguna sustancia química especial, porque allí bailaron, cantaron, manotearon, se arremangaron y taconearon en rebujón artistas, colaboradores y tertulianos en medio de un ambiente avinado y casetero, con todo el pestazo de los tópicos andaluceantes en gozosa y orgiástica efervescencia. Ni preparado como caricatura o mofa (quizá lo estaba) hubiera resultado tan bochornoso. Ante ese elenco de invitados, no se resistieron a que un gracioso del programa contara un chiste con acento andaluz, ni a pedir a Pascual González que él también contara un chistecito, como manda la tierra. Hubo otros muchos momentos brillantes, como el recuerdo de esas sevillanas de las “bragas de agujeritos” o cuando María Teresa Campos, después de bailar, dijo: “ Por favor, dadme los tacones”. Pero yo me quedo con el llamamiento de El Arrebato pidiendo un empujoncito para las sevillanas “aprovechando de que el flamenco lo han hecho patrimonio de la Humanidad (sic)”. Lo avisábamos y ya lo estamos viendo: esta distinción de la Unesco va a servir para que se metan en la fiesta y pongan la manita no sólo El Arrebato, sino hasta los fabricantes de peinetas o los chinos que venden antenitas con luces en las ferias. Habrá que estar atentos a este programa de María Teresa Campos, para comprobar si también bailan allí la jota, o si ella termina por convertirse en Carmen Sevilla con una copita de más.
Cazadores. Primero lo sentí en Lances, el programa de Canal Sur 2 sobre caza y otros camperismos azahonados. Luego, en 75 minutos, dedicado esta semana a diversiones domingueras varias. Sí, sentí esa estomacal repugnancia hacia las monterías, al comprobar el placer que les proporciona a algunos matar a bellos animales, al ver a familias enteras de pijos posar sonrientes ante las cornamentas de los venados abatidos. “Enhorabuena, lo has matado, macho”, le decían a un cazador que se fumaba después un cigarrillo como tras un polvo. Andalucía sigue siendo esa tierra de bailones de cortijo y marqueses con escopeta.
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