


La sombra de los ángeles. Entre las pavesas y la mulería, faltaba el toque dickensiano, aunque sin el talento de Dickens. Algo como un huerfanito con muletas o tisis al que pudiera acudir, cámara en mano, ese espíritu de la Navidad que besa a los dolientes y a los pobres en la escarcha de su frente. En 75 minutos lo tuvieron claro: nada mejor que un bebé enfermito, padeciendo entre tubos y máquinas. ¿Qué podría ganar a eso? Pues quizá sólo añadirle al caso la madre que dona su riñón para salvar al niño, y envolverlo todo como regalo de Navidad para un reportaje de lágrimas y babas por la pata abajo. Así lo hicieron. ¿Exceso melodramático, sentimentalismo facilón, recurso abyecto? Nada que pueda frenar desde luego a Toñi Moreno, y menos si eso le permite aparecer como un ángel que acaricia barriguitas. Luego, creo que siguieron con escenas de mendigos o perrillos famélicos, o las dos cosas. Y yo pensé que a veces los ángeles se parecen a los buitres en la sombra y la intención.
El salto del tigre. A los viejitos calentorros de Juan y Medio los habíamos visto meterse ya un poco mano aun sin conocerse, separados por una mampara que apenas podía contener sus ansias. Pero otra cosa, y de bastante más repelús, es ver cómo se preparan para hacer el salto del tigre. Pues eso hizo una señora, que enseñó a la cámara el camisón y las bragas con talla de colcha que tenía preparados para ese momento de pasión e intercambio de fijadores dentales. Entre ayudar a las personas a acabar con su soledad, como suele describirlo Juan y Medio, y proyectarnos en la imaginación la estampa del roce de sus carnes sabias y hambrientas, creo que hay una sutil diferencia de gusto y de pudor. ¿Llegarán a sacar a los viejitos haciendo edredoning?
Normal. Las encuestas escuecen y Mar Moreno se defiende ya azuzando el viejo dóberman. “Consideramos que protegemos mejor a la gente normal”, dijo en los informativos. ¿La gente “normal”? ¿Y quiénes son los otros “no normales”? ¿Y significa eso que el PP vela por los andaluces “anormales”? Curiosamente, es un adjetivo éste, “normal”, que también ha empleado alguna vez Javier Arenas. Yo recomiendo no caer en estas cosas que suenan una mijita nazi. Lo que hay que hacer es gobernar bien, con justicia y para todos. Nadie es o deja de ser normal por votarla o no, señora Moreno, ni por merecer o no la atención de su partido.
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