7 de julio de 2012

Hoy viernes: El tabaco de la izquierda (29/06/2012)


Ahora que estoy quitándome de fumar, se me ocurre que la izquierda era o es como un tabaquismo obrero, político o histórico. Como esos cigarros fuertes que se fumaban en los tajos, un tabaco intenso, antiguo, purgante, empecinado, con el que establecías un compromiso estético y una relación de fidelidad, sufrimiento, placer, lucha, dependencia, condena y camaradería hasta la misma muerte. Con la izquierda o lo que queda de ella, lo que han dejado las revoluciones marxistas, las dictaduras seniles o las utopías con morral, se puede estar o no de acuerdo, pero lo que no se puede negar es que aún conserva ese olor viejo y fuerte, esa intensidad un poco salvaje, esa ajada pureza. La socialdemocracia, el liberalismo, la derecha o derechona, atienden al mundo de ahora, un mundo físico y cercano en el que los países son oficinas y el dinero pesa más o menos, pero se puede pesar. Sólo la izquierda no está en el ahora, sino en la eternidad, sólo la izquierda se permite ignorar el dinero, sus máquinas y el mundo construido con ellos, proclamándose alegremente loca; sólo la izquierda habla aún con poemas y cree que sus ortodoxias pueden y deben imponer la felicidad. No es que todo esto sea bueno, ni útil, ni siquiera posible... Pero sí es algo propio. La izquierda, con su mitología, su estética, sus fetiches, sus infantilismos, sus dogmas, sus ensoñaciones, quizá sólo está aquí para proclamar que no pertenece a este mundo.

¿En qué se nota que Izquierda Unida forma parte del Gobierno de Andalucía? Pues en nada. No, la izquierda, tan propia y bizarra, no puede pertenecer a este mundo. Al incorporarse al sistema contra el que lucha, pierde su identidad. Ya es otra cosa, la política vulgar del carguito, el enchufe, el poder orgánico, el cucharón en la olla. O sea, la izquierda juntita de Valderas, que es como la de Torrijos. Esa posible Andalucía social-comunista, que tanto se comentó, no se ha dado. El poderoso PSOE sigue gobernando a placer después de seducir con baratijas a una izquierda muerta de hambre. Una izquierda que ya apenas lo es desde que la envolvieron en moqueta y depilaron a Valderas, vicepresidente de nada, apenas de los ascensores. IU creía que iban a ser la llave de todo, pero no tienen ninguna fuerza. Si se rompe su pacto, IU pierde sillones, colocados y dinero, pero el PSOE, simplemente, se encontraría con unas elecciones anticipadas en condiciones muy favorables, con el PP en retroceso e IU quemada por su colaboracionismo. El PSOE ha domesticado a IU y lo está engordando para matarlo. Yo, la verdad, agradezco que no puedan levantar koljoses, pero entiendo la división interna y el cabreo de notables y militantes en IU. Ese tabaco viejo y fuerte, así era la izquierda. Te gusta o no, pero lo distingues al momento. En los despachitos, Valderas fuma ahora cigarrillos falsos de chocolate. 

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