Engendro
y casualidad. A ver si Magdalena Álvarez se pone
tan flamenca ante Alaya como en la Comisión ERE y le dice “no me acuerdo, hija”
como entonces a Alba Doblas. Pero el “engendro” era obra suya, las famosas
transferencias de financiación en las que se centra el auto de la juez: “La
utilización (…) de las transferencias de financiación para el pago de tales
ayudas sociolaborales, habría permitido la concesión de subvenciones al margen
de su normativa reguladora, en la que se requiere la fiscalización previa por
parte de la Intervención”. Que me expliquen cómo no va a ser ilegal un
mecanismo para dar dinero público a capricho. Pues con estas evidencias y otros
20 altos cargos de la Junta imputados, todavía su portavoz, Miguel Ángel
Vázquez, hablaba en las noticias de “servidores públicos que han hecho una
buena gestión y que han defendido a Andalucía, y que han defendido hasta el
último céntimo de dinero público”. Ya vemos cómo se defendió cada céntimo.
El engendro
fue de Maleni, pero otros lo consintieron, usaron y continuaron. Sin embargo, esta
gran comilona a costa del dinero de todos no le preocupa al PSOE. Lo grave es
que Alaya saque autos cuando ellos están de fiesta o yincana, que así les
estropean todos los planes. Unas veces se quejan de que tarda mucho y otras, de
que va demasiado rápido. Habrá que simplificar y concluir que lo que está
investigando y destapando Alaya no le va a venir bien al PSOE ni en domingo ni
en jueves, ni en un cónclave ni en una merendola. Mario Jiménez decía,
cabeceando ante las cámaras de Canal Sur: “Empezamos a darnos cuenta de que las
casualidades no existen, y empieza a ser absolutamente chocante, yo creo que
incluso intolerable, la coincidencia reiterada que se viene produciendo entre
la agenda política y los pasos más significativos de la instrucción de este
caso”. Cosa que equivale a acusar a la jueza de prevaricación, pero no pasa
nada. Yo señalaría que la casualidad chocante y preocupante es más bien dónde
terminaban esas ayudas concedidas con pósit o telefonazo, y quiénes se
beneficiaban de ellas. En 8TV, donde Jiménez pervirtió la gramática y la lógica
para no contestar nada, se atrevió a decir que se les imputaba “por cumplir
escrupulosamente la ley”. Y la siempre alucinante Bárbara Ruiz contaba en La
Nuestra que “algunos expertos consideran que Alaya extralimita sus funciones y
comete injerencias políticas (!)”. A “fuentes consultadas por Canal Sur”
también “les llama la atención que Alaya no haya imputado a otros consejeros
del periodo investigado” (Griñán, Viera…), los aforados. Yo diría que lo lógico
es que la jueza quiera tener todo bien fundamentado antes de que el caso pase a
los tribunales superiores, cosa que ocurrirá. A ver si no le coge al PSOE de
cumpleaños, que eso es muy fastidioso. Qué aguafiestas la Justicia.
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