El empacho II. Es nuestra verdadera lucha por la modernidad, lucha que no trata tanto de células madre y enchufes en caliente a Internet, sino de las carnes, de nuestra fantasía un poco gitanita del comer, de los eternos cucharones del hambre andaluza, todo esto contra la dietética y los magros figurines como californianos que definen la nueva era. Lucha que en Canal Sur es un disimulo quizá, pues saben que si no podemos llegar a más tecnología que a la nevera de playa, puede que las barrigas planas, el sudor isotónico y el cagar fibra nos hagan sentir como si toda Andalucía se entrenara para astronauta. A dejar la pringá, a mover el culo, a descubrir la vitamina sin sabor y a alcanzar el nirvana del tanga, a toda esta evolución nos quiere invitar Ponte a punto, nuevo programa del presentador Disney de Canal Sur, Roberto Sánchez Benítez. Es un programa que sale de mezclar las ensaladas de la tierra y el alma de eucalipto que sostenían Salud al día con el nombre y los meneos de aquel emblemático espacio de Eva Nasarre, se acordarán, el primer aerobic televisivo (Puesta a punto se llamaba). Pues en esa salud de balón de Nivea se enfoca el programa, ayudado subliminalmente, piensa uno, por la reposición de Los vigilantes de la playa, queriendo entre los dos desterrar de la orilla los tortillones. Pero todo es inútil. El tipito que Canal Sur nos quiere poner en la piscina es tan vano como el intento de hacer tecnología de los alcauciles, que es lo que trataba Tecnópolis a falta de otra cosa. La Nuestra no puede evitar descubrirse en sus trampas. Recordamos la risa de Juan y Medio hablando con Soponcito de Jerez, ese niño que canta a dos carrillos; nos topamos con la alegría de gordito de ese insufrible chiquillo del tambor y otros del mismo molde, o vemos a Manu Sánchez reconociendo que su plato favorito es “el que rebosa por los lados”. Mucha hambre ha habido aquí para ponernos en plan voley playa. Aquí la felicidad es la comida. Ni el tanga, ni la tecnología. Comer, joé. El sueño de empacho de Andalucía.
Senadores a dedo. Vi el titular en la web de Canal Sur: “Cualquier andaluz podrá ser senador en representación de la comunidad”. Sí, y hasta cualquier español puede ser presidente, pero pasando por las urnas, claro. Pues en las noticias, a esto de los partidos nombrando senadores a dedo (más juego para el clientelismo) lo llamaban “llevar a su máxima expresión el derecho de participación de los ciudadanos”. La máxima expresión de la cara dura, más bien.
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