9 de abril de 2013

Somos Zapping: Entendiendo las danzas de la lluvia (08/04/2013)



Perspectiva alemana. ¿Somos raros, risibles, ridículos? Seguramente no más que otros, que esos pueblos que se atraviesan la picha con un palo, o adoran a la Muerte en capillas como barberías, o hacen cerveza de trenzas y salchichas. La cultura propia nos suele sumergir en nuestra estrechez, pero si eso se sacraliza se pueden perder la mesura y la perspectiva. La perspectiva, la capacidad de descontextualizarnos, de vernos desde fuera, de objetivarnos, eso es lo que nos salva del fanatismo y la catetez. La perspectiva nos desasna. Aquí seremos igual de raros, risibles o ridículos que en otros lugares donde bailan con palitos o queman muñecos o barajan dientes con conchas. Pero si demostramos no tener perspectiva, no entender que nuestras santas y gloriosas tradiciones no tienen por qué verlas santas ni gloriosas los otros; si nos creemos que fuera tienen la obligación de venerar y entender nuestras danzas de la lluvia, nuestros potajes y nuestra herrería de dioses, y que si no lo hacen nos insultan; entonces somos algo más que raros. Somos catetos. Y un poco fanáticos. 
     Mucha gente se ha ofendido por ese reportaje alemán sobre la Semana Santa sevillana que puso el programa Así nos va, de La Sexta. Una cosa de un periodista cachondón extranjero emitido en un programa satírico nacional. Lo mismo algunos esperaban una tertulia cofrade… Tampoco hacía el reportaje más que mostrar, a través de entrevistas a pie de calle, lo que somos. Sí, con nuestros vestidos de fantasma, amores llagados y contactos con los dioses de la mesilla de noche… Y los de La Sexta sólo se extrañaron de que no llevaran las tallas con ruedas (chiste bastante manoseado). Pero, como era de esperar, saltaron los ofendidos. Con lo vulgar que resulta ofenderse… Para el concejal sevillano Gregorio Serrano, el reportaje daba la imagen de “una ciudad irracional, analfabeta, vaga y hortera”. En cualquier caso, catetos con toda la corteza cerebral haciendo de boina sí que se ponen algunos a veces. Como Manu Sánchez, que defendió a Andalucía metiéndose con las tetas de la presentadora del programa de La Sexta y amenazando con sacarle la picha. Y que equiparó el reportaje a decir que “los alemanes son gente que gasea a judíos”. Elegancia idiosincrásica, debe de ser eso. Saber cómo nos ven fuera ayuda a mirarnos con perspectiva, a apreciar la dimensión real de nuestros mitos y tabúes, y también a desdramatizar su importancia. Para ser tan graciosos, aquí no aguantamos el humor. Ni la verdad. Estos forasteros, mira que querer ridiculizarnos por nuestras ridiculeces…


La manzana podrida. Carmen Martínez Aguayo no fue en realidad a la tertulia de Canal Sur con las cabezas de Viera y Fernández en el bolso, con la intención de ponerlas en la mesa. Pero ganas tendría cuando, tras la insistencia de Lourdes Lucio y Juan Carlo Blanco, terminó reconociendo la responsabilidad política de los consejeros de Empleo. El control de daños cada vez va dejando más pequeña la manzana podrida… Pero a mí me hizo gracia la actitud de Paco Lobatón, que sigue pareciendo un deshollinador de hombres y penas, aunque no de verdades. Le preguntó a Aguayo por los controles que había ahora, para que nos quedáramos tranquilos. Lobatón no quería desayunarse con las cabezas de nadie. Más bien, seguir durmiendo a gustito. Por cierto: cuando las llaves las tiene todo el mundo, no hay controles que valgan.

Fiestas de guardar. Mientras Joaquín Durán rehace el organigrama de la RTVA repitiendo el esquema de “amiguitos al poder”, según decía en Twitter @RTVAenLucha2, no sé si hay muchas esperanzas de consensuar pronto un nuevo director general. Las decisiones en el entorno de la televisión púbica andaluza parecen requerir largos y herméticos concilios y plazos. Fíjense que todavía no tienen calendario laboral, porque ni sindicatos, ni empresa, ni la Junta a la que se le ha terminado trasladando el problema, han podido acordar qué hacer con la festividad del 12 de octubre, sábado. Y esto con las fiestas de guardar. Imagínense cómo echarán en remojo otros asuntos…

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