14 de marzo de 2013

Hoy viernes: Miedo a la libertad (08/03/2013)


Da igual que Chávez llevara la patria pintada en los calzones. En una democracia de verdad, un solo hombre nunca es tan importante. Resulta curioso que ciertas ideologías que dicen venir directamente del Pueblo, o volver a él, siempre terminen rendidas a un liderazgo carismático, personalista y mesiánico. Y bastante ridículo, añadiría. No importa si se parte del Volksgeist herderiano, del concepto marxista de clase o de un paternalismo condescendiente y lastimero; si son los colores pardos del fascismo, los rojos del comunismo o los tutifruti de populismos peronistas, priístas o berlusconianos: siempre terminan en un fantoche al que la Patria, la Verdad y el Pueblo, todos tan grandes, le caben sin embargo perfectamente en el chaleco y en la bocaza. Y los maneja él solito sin problemas, sin más asesores que Dios o la Historia. Cuánta razón tenía Erich Fromm cuando nos decía que la crisis de la civilización occidental se manifestaba en el miedo a la libertad: por un lado, el político, en el placer de poder/sometimiento de las ideologías totalitarias; y por otro lado, el sociocultural, en la alegre y rendida disolución en un pensamiento homogeneizado y uniformante. “¿Libertad para qué?”, le dijo Lenin a Fernando de los Ríos. No nos consideremos tan avanzados, porque hay demasiados que siguen poniendo por delante de la libertad sentimentalismos, colorines, comodidad, soledad, odios, enemigos o simple migajón. “El mesías de los pobres”, llamaban a Chávez. En la España de Franco también decían eso de “ni un hogar sin lumbre ni una mesa sin pan”. Hubo a quien le bastó y ya no se quejó más.

Chávez, obispazo del pueblo, spiderman anticapitalista, cantante de la OTI de la demagogia, generalón vestido de entrenador de fútbol, reyezuelo sobre la colchoneta piscinera de la gente… Y otro que pensaba que la justicia y la libertad no van juntas; otro aprovechado de la democracia bongosera, sólo de bulto, simple tiranía de la masa que desprecia, arrincona o subordina los derechos individuales. Normal que Chávez sea el héroe de esa izquierda nuestra que comparte el mismo carnaval ideológico hecho con contradicciones, harapos y colmenas zumbadoras; esa izquierda que está de luto, con Valderas como una viuda de Semana Santa; esa izquierda que aquí gobierna, no lo olvidemos, y que ya manifestó su interés por trasplantar a Andalucía soluciones y modelos bolivarianos. Chávez se ha muerto como un papa en chándal y la democracia no tiene papas porque entonces es otra cosa. Pero esa izquierda de aquí, que es santera y mogollonera, no sabe qué es la democracia. En realidad, no sabe ni qué es ella misma. Pero se pinta el pueblo en los calzones, le hace cortes de manga al dinero, da de comer canciones a los pobres, se caga o se postra en lugares estratégicos del mapa y habla con esa voz agrutada que tiene  la unanimidad. Lo mismo algún día triunfa. Cuando nos dé un poco más de miedo la libertad.

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