Dedo
de Dios. Andalucía está surtiendo últimamente de
menudillos a El gran debate de
Telecinco, esa hamburguesería de feria de la opinión. Está tirando de nuestros
frikis más que Jesús Quintero. Frikis de esa política nuestra de pajar y
cabezas de gambas, o frikis que dieron nuestros botijos o hidalguías. Esta
semana llevaron a Bertín Osborne, guapo de cuadra, diletante de su espejo,
infante de sus zahones, profesional de estar ahí y rascarse el paquete. Nos
resolvió la crisis con las recetas del pescadero: “sólo comprar productos
españoles” y advertirnos de que “estamos dando trabajo a un chino” cuando
compramos en sus tiendas. Sonaba a aquella autarquía del franquismo con algo de
Roberto Alcázar y Pedrín (aquella
viñeta en la que decían “son pisadas de chino”, o algo así). Era como la
indignación de Manolo el del Bombo. Pero también entrevistaron a Pedro Pacheco,
que, según para quién, fue el Papá Pitufo de Jerez o sólo un señorito que usaba
el andalucismo como calesa y viñedo. Se defendió desde una dignidad linajuda,
adornada como de papada cardenalicia, y yo me lo imaginaba pensando que hay
quien llamaría enchufe al dedo de Dios tocando a Adán. Él fue el dedo que
llegaba a todo Jerez, pero no nos metamos en teologías. Bertín y Pacheco son ya
iconos trash. Y eso se sabe porque, con
todas sus diferencias, los dos parecían Doña Rogelia o David Hasselhoff. A la
vez.
Jueza
ciclista. No sé si lo de Invercaria lo van
explicando mejor en las noticias de Canal Sur: “Supuestas irregularidades de
esta empresa pública de la Junta a la hora de escoger a las empresas a las que
ayudaba mediante la fórmula del capital riesgo”, decían. Suena más a lío de la
telefonista que a mangazo, y quizá es lo que se intenta. Además, si ni su ex
director financiero sabía lo que era “capital de riesgo”, imaginen los
telespectadores. Por cierto, nada dijeron del nulo currículum ni del enchufazo
de Antonio Nieto. Pero sí nos dieron la relevante información de que “su
abogado está convencido de su inocencia”. Y tras esta noticia, un clásico: la
jueza Alaya. No por los otros mangazos que investiga, sino por lo que tarda.
Hombre, si no tuviera prácticamente a toda Andalucía enredada en sus
macrocausas y no llegaran hasta los pináculos a los que llegan, seguro que
tardaría menos. Pero la noticia era su velocidad, como si en vez de jueza fuera
ciclista. El coche escoba es lo que quieren para ella.
Anunciación. Tom Martín Benítez anunciaba en la televisión (“anunciar” en el
sentido que tenía para Fra Angélico) la presencia de Susana Díaz en su programa
de radio: “Qué necesario es en este momento luchar por la igualdad, en este
momento de dificultad económica”, decía él con su voz de evangelio. Importante,
siempre. Pero ahora, más que cualquier otra cosa. Estamos que nos morimos de
hambre con lo de la igualdad. Hay que arreglarlo ya.
La
valentía. A ver cuándo dejan de darle tanta caña
a la Junta en Pido la palabra, que ya
está bien. Se puede hablar de otras cosas. Doy ideas: ministros y leyes de
Rajoy, recortes, desahucios, el poder de los bancos, jubilados con la silla
coja… Anda que no hay temas. Pero no es lo más fácil ni seguro. Y yo que creía
que Jesús Vigorra era más valiente…
Como
un explorador. El Rocío, con sus bueyes frailes, sus
lágrimas de vino, sus cantes en salmuera, sus curas con pandereta; todo ese
barullo de una religión de pies y trapos. Segundo especial de Menuda noche sobre el tema, reportajes
en 75 minutos, conexiones de Andalucía directo, portada en el
informativo… Que si el camino, que si la misa de romeros, que si la Virgen
cambiándose de sayo o de palomar... Y esa gente que deja el trabajo y se gasta
un pastón para ir a pedir precisamente prosperidad y curro… Yo ya no me asusto.
He asumido ese africanismo religioso y televisivo y uno mira Canal Sur como un
explorador. O como James Frazer.
¿Sin
jamón? ¿Es posible que dos programas estrella de
Canal Sur estén en peligro porque La Nuestra no paga a su productora ‘pata
negra’? ¿Es posible que hasta ellos se queden sin jamón? Pronto lo veremos.
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