Los pequeños. A los partidos pequeños, sin pistolas de oro ni minutos de púlpito, los informativos sólo les dejan asomar la cabeza, como para que respiren. Después del debate a cuatro, IU y CA en televisión parecen que se limitan a barrer lo que queda de los grandes mítines del bipartidismo. Es una pena. Hace falta más pluralidad en esta sociedad que se empeñan en mostrarnos dividida en dos hinchadas. Por eso tenía interés en ver esas entrevistas que hace a los candidatos andaluces Marta Paneque, y en las que han estado ya Julián Álvarez y Diego Valderas. En lo político, ninguno de los dos trajo nada nuevo. Álvarez sigue teniendo buen discurso, pero volvió a ponerse el jersey verde para su cántico a la nación andaluza, su identidad y sus pamplinas. Valderas recalcó de nuevo su intención de “intervenir”, de “determinar” el rumbo político de Andalucía girándola hacia la izquierda (que pudieran sobrevivir al abrazo del oso del PSOE es otra cuestión). Pero es cierto que al poder no le interesan estas alternativas entremetidas y no pude evitar un gesto de disgusto al comprobar que la entrevistadora los trataba con prisa y les planteaba un cuestionario de Súper Pop, lleno de idioteces. A Valderas le preguntaron por su nieta, si se acordaba de aquel ataque de risa en el Parlamento e incluso si había estado en el Rocío. Sólo faltó preguntarle su color favorito para que aquello quedara en recochineo. Necesitamos aquí a esos partidos. Pero cuando no se van ahorcando ellos solos, Canal Sur se encarga de hacerlos invisibles o ridículos.
Cara a cara con El Risitas. La boquita de Ana Mato, no precisamente de piñón, ha seguido generando momentos televisivos. Wyoming utilizó sus torpes declaraciones como percha para una maldad genial: imágenes de Chaves en su debate con Arenas, montadas con otras de El Risitas. Fue como ver a Chaves ante la realidad mellada de Andalucía. Por fin cara a cara con lo que somos, con lo que él ha hecho de esta tierra.
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