La pianola. Todavía quedaba un debate sectorial, escondido en Canal 2 Andalucía y anulado aún más por el partido del Sevilla (la Hispalisnopla de Del Nido quedó por fundar). Pero si hay algo que hemos comprobado en esta campaña es que la palabra pesa poco, que nuestra inmadurez democrática se refleja en una política que sustituye la dialéctica por el forofismo. Por eso en este debate parecía que los segundones se limitaban ya a terminar el largo acarreo de estas elecciones, arrastrando los pies. Infraestructuras, vivienda y medio ambiente dieron para sacar los escombros de Andalucía, magnificados por los socialistas en pirámides, entre discursos tan repetidos y sabidos que sonaban a pianola. Por el PSOE, Luciano Alonso, que parecía Miliki, todavía nos intentó vender “la esperanza transformadora” después de un cuarto de siglo de mando. Por el PP, Esperanza Oña (imposible ser más pija) sacó la radiografía de huesos de las infraestructuras andaluzas con agresividad y golpes de melena y amartilló una buena frase: “Si Andalucía es la última en todo, o es culpa del PSOE, o de los andaluces”. Ay, mira que utilizar la lógica en un debate, a quién se le ocurre. Hilario Aranda, de CA, hacía como de perito soso, y por IU, Sánchez Gordillo, con un paño de cocina por los hombros y como con las barbas llenas o hechas de mondas, colectivizaba todo y sacaba revoluciones, multinacionales malvadas, transgénicos venenosos, anticapitalismo verderón y todos los tópicos de fiambrera de la izquierda novecentista, entre algunas gracias camperillas y coces al PSOE. “Si el PSOE es de izquierdas, yo soy el obispo de Roma”, dijo. Cuando se paró la pianola, nada parecía haber cambiado.
De progre a progre. En Granada, Chaves fue a hablar de su “desarrollo tecnológico” y de su “I+D+i”, que nunca dejan de resultar irónicos en esta Andalucía que va a manivela. Pero se encontró con los trabajadores de Andalucía directo, de huelga y de luto por culpa de los verdaderos engranajes del poder, que en esta tierra no se dedican a ninguna hipervelocidad, sino a su propio mantenimiento y engorde. Andalucía Digital Multimedia (ADM), la productora del programa, tiene en las siglas las bombillitas modernizadoras de Chaves, pero el fondo real que tiene todo aquí, o sea, los amigotes del poder, reunidos en este caso en productora pata negra para chupar del dinero público, mientras obliga a otro negro de luto o de esclavitud a sus currantes. Según Canal Sur, “Chaves apoyó sus reivindicaciones”. ¿Hablará con los de ADM? Quizá son cosas que se arreglan entre colegas, de progre a progre.
Ternura. Canal Sur quiere mostrarnos la cercanía de los candidatos en un nuevo microespacio de los informativos que llaman Un día con. Veo a Julián Álvarez haciendo jogging y cocinando un arrocito; a Valderas jugando con niños y hablando de su nieta, que ya es como su propia niña de Rajoy. Sí, mueven a la ternura como todos los descalzos o despeinados, y en los partidos minoritarios, que se diría que van al súper en vez de a mítines, todavía más. Lástima que luego esa ternura se pierda, cuando escucho a Álvarez discursear sobre los que “pretenden negar la existencia del pueblo andaluz” o me encuentro con esa IU de Sánchez Gordillo y su agricultismo rastafari. Creo que pillarlos en calzoncillos por casa no evita que me parezcan antiguos y decepcionantes.
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