Pura
nada. Ahora hay que construir una presidenta. De
la nada, casi. A partir de una persona absolutamente mediocre, una envenenadora
de aparato, un cruzado de partido, sin experiencia, sin conocimiento, sin
cultura. Bien, ¿qué tenemos? Es joven y mujer. Pues centrémonos en eso. Y de
origen humilde. Estupendo: del pueblo, llana, cercana, uno de los suyos
gobernando, alguien que les comprende. Les encantará. ¿Y su discurso? Discurso
estándar: lo que ya sabemos que funciona, y lo que la gente quiera oír. Y el
cambio. Cambio histórico, cambio generacional, nuevo tiempo, cosas así… Pero
tiene que parecer muy enérgica con la corrupción, eso es imprescindible. Si
sale bien, puede durar más que Chaves. Y ella va a saber ganar y repartir más y
mejor para el partido.
Me
he imaginado esta conversación entre fontaneros o demiurgos del PSOE andaluz,
ahora que veo el especial que le dedicó Los
reporteros a Susana Díaz, como los que se le dedican a una princesa nórdica
en su casorio. Construir una presidenta, construir un mito, empujar a la gente
hacia una adoración libre pero rendida, como con las monarquías o los ídolos
del pop. Se puede hacer, con los medios suficientes. Y aquí los tienen. Lleva
mucho tiempo Canal Sur colaborando en la tarea. Informativo tras informativo, ha
ido repitiendo con más o menos disimulo las ideas fuerza, las consignas
diseñadas para convertir en gobernante a un soldado de partido, aunque con
ambiciones napoleónicas. Ya estaba en ello, aunque en estos días de su éxtasis
y asunción, en su debate y en su comunión, Canal Sur ha chorreado susanismo,
como ya he escrito. Pero mi experimento hoy es con Los reporteros. “Nuestra comunidad tiene por primera vez una mujer
al frente”, empieza el programa. “Un hecho sin precedentes en la historia de la
autonomía”, continúan, aunque fuera se adelantaron los del PP. El “compromiso
de lucha contra la corrupción” y el “rechazo a los recortes sociales” se
mencionan antes incluso de que nos ofrezcan un conveniente resumen de su
discurso y del debate, un montaje glorioso, un mural de victoria. Luego, “el
barrio popular de Triana” e imágenes de Plácido Fernández Viagas para ubicarla
en la historia y la épica autonómica. Dicen “relevo generacional”, rotulan “de
género y generación”, y Susana Díaz vuelve a decir que los ciudadanos están
“hastiados de la corrupción”. Y en boca de Griñán, oímos “cambio generacional y
de género”, “ese cambio y ese nuevo impulso”. Y de nuevo Susana Díaz, “la
primera vez que Andalucía va a tener una mujer al frente” (la misma frase con
que comenzó la presentadora). Y siguen: “oportunidad de cambio”, otra vez se
oye “implacable en la lucha contra la corrupción” y dejan claro que su perfil
de partido ha ido “virando hacia otro más institucional”. “Nueva etapa”,
“impulsar renovaciones”, dice también Valderas. “Una mujer joven”, “impulso
clarísimo”, declara Elena Valenciano. Sí, así se hace una presidenta. Que
sirva, al menos, para lo que se pretende. Así se hace una presidenta de la
nada. Y, lo más grave, para terminar en otra nada. Puro encaje al viento, pura
blancura de la misma nada.
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