1 de diciembre de 2008

Somos Zapping 16/11/2008

Telecinco. Añoro a las Mamá Chicho. Al fin y al cabo, lo suyo era un palmeraje o una frutería de tetas que llamaba más al candor que a la lascivia. Las añoro, viendo que actualmente Telecinco se gobierna con la obscenidad mayúscula y la indecencia en carroza. Treinta veces emitieron en un día las imágenes de la paliza al profesor Neira, después de ayudar lo suyo a convertir en estrellas mediáticas, con caché y agente, al chulángano que se la dio y a esa otra tipa a la que le va la marchita que le da su macho. No contentos con este hito, ahora están pagando cifras de escándalo a delincuentes como Roldán o Julián Muñoz para que se dejen entrevistar. Y en esta inmoralidad, otra vez tenemos a Andalucía entremetida, en el icono castizo que es María Teresa Campos y en la vergüenza de todo lo que ha representado Marbella. No vi lo de Roldán con María Teresa Campos. Me negué. Que quieran hacer pasar por acontecimiento periodístico lo que es casi un patrocinio de la delincuencia, un premio al choriceo, me repugna. La Campos tiene que estar muy quemada, muy sola, muy falta de espectadores o cariño para prestarse a ese emputecimiento con tal de salir en prime time y engordarse el ego bizcochudo que tiene ella. Y si llegamos a ver a Ana Rosa Quintana, especie de ridícula princesa de las fajas, cara a cara con Julián Muñoz y con 350.000 eurazos de por medio, Telecinco habrá superado la ya alta montaña de su propia mierda y tendrá el trono perpetuo de la televisión basura. Telecinco huele a carroña por encima de ese olor que ya tenía a porqueriza, y ni siquiera tenemos el consuelo de ver cómo le sacuden con aguda inteligencia los adorables y benditos canallas de Sé lo que hicisteis. Una sentencia judicial, como sabrán, les impide emitir imágenes de la cadena de Vasile, aunque a mí eso me parece igual que prohibir que barran la televisión de mondas, cucarachas y cagajones. Añoro a las Mamá Chicho, que es un poco añorar aquel tiempo inocente en que un muslo era pecado. Ahora, en Telecinco, todo es mucho más sucio, despreciable y dañino.


La Andalucía que quieren. María del Monte sigue manejando sus pucheros de babas e higadillos en unas tardes como de escupidera de viejo. El otro día comenzó, con esa urgencia ansiosa de los glotones, dando paso apresuradamente a un directo desde San Fernando, para que una señora, a la que le habían ardido el piso y el padre, pudiera distraernos en la sobremesa contándonos que el hombre está “con un infarto, los pulmones encharcados y todo quemado por dentro”. Luego, la folclórica habló por teléfono con el padre de Mari Luz Cortés y, sin solución de continuidad, presentó a sus chistosos oligofrénicos. Así entiende esta gente cómo debe ser la diversión de los buenos y sencillos andaluces: tragedia ajena bien bañada en lágrimas y supuraciones, y después la gracia puerca, gastrointestinal y lobotomizada de esos caricatos de vino y plazoleta que se mueven siempre como con los pañales cagados de su chistosismo o sus taras. El programa de María del Monte también es un ejercicio continuo de superación. Siempre hay algo más apestoso o más ridículo cuando lo anterior, ya sean la pastelería de sus gordos, ese chovinismo suyo de alberca o los teatrillos a cuatro patas, nos parecían la cima. Creo que María del Monte es la medida de todo lo que quieren hacer de Andalucía, de todo a lo que quieren reducir Andalucía. La santera del régimen, la gobernanta de ese plan general de imbecilización del andaluz. ¿Cómo no la propuso el PSOE para dirigir la RTVA, si ella es toda la Andalucía que quieren retratarnos?


Premio. Iba a hablar del nombramiento de Pablo Carrasco como director de la RTVA, pero he encontrado algo que define casi mejor el cinismo de estos rebañadores de lo público: la Academia de Televisión, dirigida por ese arrimado que es Manuel Campo Vidal, le ha concedido uno de sus Premios Talento a Teresa Sáiz, jefa de producción de informativos de Canal Sur. Desde luego, hay que tener talento para hacer de Andalucía esa fiesta de prosperidad y consejeros que nos saca La Nuestra en sus noticias. Este mismo premio ya se lo dieron otro año a Rafael Camacho, cómo no. ¿Para cuándo el premio a la poca vergüenza?

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